¿Realmente queremos otro Assassin’s Creed?

María Parra – Muchos aficionados nos sorprendimos al ver el anuncio de Assassin’s Creed Odyssey, especialmente tomando en cuenta que la comunidad se esperaba que este año no hubiera un lanzamiento y que se siguiera con la política de estrenar un juego un año sí y otro no, como ocurrió con Origins; esto principalmente porque los aficionados más old de la saga pedimos a gritos un descanso a la saga desde hace mucho tiempo.

Conozco la franquicia desde sus inicios, he jugado cada una de las entregas desde el primer Assassin’s Creed que nos deslumbró con Altair y el credo de los asesinos; desde entonces muchos jugadores vivieron grandes momentos con la inolvidable trilogía de Ezio, se aventuraron en los acontecimientos más importantes de América con Connor y se pusieron en breves momentos en la piel de un templario en la tercera entrega, para después surcar los mares con Edward Kendway, sin dejar de lado lo que viene después.

Es justamente en ese punto entre Assassin’s Creed III y Black Flag que muchos jugadores comenzaron a pedir ese descanso a la franquicia, si bien el tercero no es mi favorito y Connor como personaje tampoco, para entonces la historia seguía dando ese aire de epicidad que caracterizada a la franquicia, así como hacernos sentir que éramos parte de algo, para nosotros el credo importaba y la Hermandad lo era todo, algo que se ha perdido con los años.

Los elementos están allí, la importancia no.

Los elementos característicos de Assassin’s Creed si están presentes en los juegos más recientes, nunca han dejado de estarlo realmente, pero el nivel de importancia que deberían tener se ha reducido drásticamente.

Un ejemplo de ello puede ser la Hermandad de los Asesinos en Black Flag, que es cuando este detalle comienza a verse, donde realmente el juego puede calificarse más como un título excelente de aventuras piratas que un Assassin’s Creed, es poco lo que vemos de los asesinos, la historia en sí y aquello que les caracteriza, aunque tuvo personajes memorables, ese fallo es algo que no pude dejar pasar; esta falta precisamente y protagonismo de la Hermandad se ve más en futuras entregas.

Otro que tomar en cuenta es la narrativa que mueve al juego, que en anteriores entregas nos conmovieron y emocionaron, el mayor fallo podría decirse fue en Rogue, un título que nos ponía en la piel de un templario que anteriormente era un asesino; una oportunidad de oro para contar una historia diferente que se quedó a medias y no logró encantar como muchos esperaban.

La epicidad, otro elemento de la franquicia, basta con irnos al final de Assassin’s Creed Unity, que nos dio una muerte que más que dolernos, nos pareció forzada hasta el cansancio, sumado a ello que la “épica batalla final” no se sintió ni épica ni como batalla final.

El presente fastidia más que aportar

Si bien el fuerte de la saga siempre ha sido las partes en las que estamos en ese período de la historia en el pasado, el presente en las primeras entregas tenía cierto nivel de importancia y nos aportaba momentos claves en el desarrollo de la trama.

Respecto a esto en los nuevos Assassin’s Creed, desde Black Flag aproximadamente cuando ya no está Desmond, la trama del presente se ha vuelto no solo carente de importancia, sino que pareciera no aportar nada a la historia y está solo para sacarnos de nuestra experiencia en el pasado y darnos unas misiones que resultan más tediosas que otra cosa.

El presente podía ser épico y darnos momentos inolvidables, no como actualmente que más bien quedamos confundidos por lo mal llevado que está ¿Recuerdan esas revelaciones al final del juego? ¿Lo ocurrido con Lucy que provocó todo un revuelo en Internet? Muchos extrañamos que el presente sea importante.

Queremos historia, innovación y la esencia del juego

Como ya se ha mencionado anteriormente, uno de sus fuertes era la historia y la forma en la que esta conectada el pasado con el presente y a nuestro personaje con personajes emblemáticos de estos períodos históricos.

El nivel narrativo de los juegos ha ido bajando su calidad con cada juego, si bien existen cómics, libros y una película (por favor, ni la miren), la franquicia se ha explotado de tal manera que muchos fans se han ido alejando, en mi caso solo compro los juegos cuando bajan mucho de precio y casi por obligación de amor a la saga.

¿Las cajas precursoras o el fruto de Desmond Miles siguen realmente allí?¿La complejidad del juego? ¿O al menos esos personajes con los que quedábamos encantados? Sin duda alguna este último aspecto ha sido uno de los más descuidados, tratando no solo de copiar algunos personajes, como ocurre con Ezio y Arno, sino también el cliché de ser asesino en búsqueda de venganza.

¿Y el sigilo?

Los más aficionados a la franquicia recordamos que los primeros asesinos eran llamados “los ocultos”, pese a ello y que el nombre indica claramente que estos eran maestros en el asesinato en las sombras, los juegos que se ubican en los orígenes de los asesinos, que son Origins y Odyssey, son en realidad los menos sigilosos de todos.

Con todos los puntos anteriormente dichos no quiero decir que los siguientes juegos fueron malos, cada uno tiene puntos buenos y la ambientación es sin duda uno de ellos, pero el hecho no es que sean títulos de baja calidad, sino que como que estos ya no poseen la esencia de lo que una vez fue una de las sagas más prometedoras de todas.

Como fan me gustaría que a Assassin’s Creed le dieran un merecido descanso de un par de años o incluso más, por lo que se ha visto de Odyssey se puede decir que será un gran juego al igual que Origins, pero es esa esencia de la saga lo que a los aficionados nos preocupa, puesto que el juego pareciera solo quedarse de la saga el nombre nada más.

¿Realmente queremos un nuevo Assassin’s Creed? La respuesta no es un no rotundo, al contrario, muchos queremos un nuevo juego pero realmente vuelva a tener esos elementos tan característico de la franquicia y que nos traiga de vuelta esa epicidad que tanto nos marcó en su momento.

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