The Walking Dead 5 – Capítulo 3 (Análisis)

El inicio de la quinta temporada de The Walking Dead ha logrado algo que parecía impensable: hacer que los 45 minutos que dura cada capítulo parezcan demasiado poco y que la espera de una semana por el siguiente sea eterna. En tres episodios la serie ha enganchado de una forma que no lo había hecho antes, ofreciendo dosis de drama, intriga y acción, esa de la bien cruda y visceral que esperaban los seguidores del cómic.

A continuación nos adentramos en todo lo que nos dejó ‘Four Walls and a Roof’, no sin antes recordar que se vienen muchos spoilers de lo ocurrido.

El capítulo no da pie para la especulación. Desde el comienzo nos lleva al drama de Bob Stooke, quien ve horrorizado cómo los cazadores se comen su pierna. Más allá del acto como tal, lo que engancha al espectador es la crudeza con que Gareth le habla a Bob sobre lo que es pasar hambre en este mundo post apocalíptico y la forma en que han desarrollado su canibalismo al punto de tener preferencias al momento de seleccionar su “presa” (las mujeres por “su capa extra de grasa”). Más allá de eso, Gareth solo tiene una motivación: saborear la carne de todo el grupo de Rick en venganza por haber acabado con su paraíso caníbal llamado Terminus.

Es notable el trabajo de haber desarrollado en tan poco tiempo un personaje con los matices de Gareth, alguien que en algún momento fue bueno, pero que tras reclutar a las personas equivocadas (podría apostar que fue Negan) se dio cuenta que la verdadera amenaza son los vivos.

El haber recurrido al canibalismo fue algo más perturbador y explicado por Gareth con una frialdad que raya con lo demencial. “El oso se come a sus crías para sobrevivir. Si el oso muere, de todas formas sus crías morirán. En cambio, si sobrevive, podrá tener más crías en el futuro”. Todo este momento se rompe cuando la risa histérica y burlona de Bob les revela a los cazadores algo que se veía venir desde el capítulo anterior: había sido mordido y la carne que comieron estaba contaminada. 

A partir de ese momento los caníbales inician su carrera para acabar con el grupo de Rick usando a Bob como carnada para que no piensen con claridad y puedan anticiparse a la cacería. El problema es que Gareth no entendió que lo de Terminus no había sido una coincidencia y efectivamente se metió con las personas equivocadas.

Mientras todo eso ocurre, Rick y su grupo no se explican cómo habían desparecido tres de sus integrantes en tan poco tiempo. Como era de esperarse, todas las miradas señalaban al padre Gabriel, quien no tuvo más opción que confesar que su verdadero pecado había sido dejar morir a sus feligreses al negarle la entrada a su iglesia. No fue necesario empuñar un arma para matar a alguien, dejar a merced de los caminantes a sus feligreses lo dejaba al mismo nivel de Rick y otros sobrevivientes que habían tenido que ensuciarse las manos para seguir vivos en este nuevo mundo.

Una vez que Bob es dejado al frente de la iglesia por los caníbales, somos testigos de los mejores minutos del capítulo y el nerviosismo que rodea a los personajes. Detalles como haber marcado con la letra ‘A’ el frente de la iglesia era una invitación por parte de Gareth a que Rick y su grupo recordaran lo que habían vivido en Terminus. Los cazadores acechando a su presa. 

En este punto vemos una creciente tensión entre Abraham y Rick, algo que pareció más forzado por los guionistas para dividir el grupo y así desarrollar dos líneas argumentales (tres si tenemos en cuenta que veremos lo que le pasó a Daryl y Carol) que en algún momento de la temporada volverán a coincidir.

Básicamente, Abraham sigue con su propósito de llevar a Eugene a Washington y no le importa dejar atrás a Daryl y Carol. Rick, por su parte, dice que no se moverá hasta que vuelvan sus amigos y ahí es cuando Glenn intercede para separar los caminos del sargento y el sheriff, no sin antes idear un plan para librarse de los cazadores.

Tras escuchar en boca de Bob los planes de Gareth, la presa decide convertirse en cazador y Rick recluta a sus mejores hombres para fraguar el ataque definitivo dejando una última línea de defensa en la iglesia liderada por Carl.

Gareth, confiado en que Rick había ido a buscarlos en su campamento, se adentra en la iglesia para secuestrar a los pocos miembros que quedaban.  El magistral monólogo del líder de los caníbales queda en nada cuando se da cuenta que ha sido encerrado por el que consideraba la presa.

Sin tiempo para largos discursos, Rick cumple la promesa que le había hecho a Gareth y somos testigos de uno de los momentos más oscuros de nuestro héroe. No bastaba con darle un tiro de gracia, el grupos se esforzó porque los cazadores vieran el infierno antes de morir y lo que alguna vez fue un lugar sagrado se convirtió en una brutal carnicería liderada por un Rick que se valdrá de lo que sea necesario con tal de proteger lo que ama. “Esto es un lugar sagrado”, dijo el padre Gabriel tras presenciar la horrible masacre. “No, son solo cuatro paredes y un techo”, le replicó Maggie.

La delgada línea que separa al héroe del antihéroe se hace palpable cuando Bob se encuentra en su lecho de muerte. Sus últimas palabras se las dedica a Rick para recordarle que, aunque el mundo se haya ido al infierno, es su decisión no seguirle los pasos al mundo. “Las pesadillas terminan. No dejes que ellas terminen contigo”, le dice Bob para que reflexione sobre sus actos que prácticamente lo han dejado al nivel de un villano.

El capítulo cierra con la despedida del ahora grupo liderado por Abraham y el mermado equipo de Rick, a quien no le importará esperar lo que sea necesario a Daryl y Carol. El sargento confía en que el sheriff cumpla su palabra y llegue a Washington porque el mundo que piensa recuperar de la mano de Eugene necesita a personas como Rick Grimmes.

Como para hacer la semana más larga, el episodio termina con la misteriosa reaparición de Daryl, acompañado por alguien que se esconde en entre los árboles. Pocos apostamos a que sea Carol porque, de ser así, no habría sorpresa y el final caería por su propio peso en el siguiente capítulo. ¿Habrá rescatado a Beth? ¿Qué pasó con Carol? ¿Será Morgan?

Four Wall and a Roof cierra de forma magistral el arco de los cazadores pero no da tiempo para relajarse y abre nuevos interrogantes hacen de la semana una eternidad. Con un grupo como el de Rick parece imposible que algún villano les dé la talla, pero lo cierto es que el apocalipsis zombi esconde muchos misterios y mentes perturbadas que se valen de lo que sea para su supervivencia.

Como para no perder la costumbre, los dejo con una imagen sacada del cómic.