Dragon Ball Z: La batalla de los dioses – Cuando el ‘hype’ supera la realidad (Análisis)

En la retina de los que nacimos en los 80s/90s permanecerá intacta Dragon Ball Z. El 31 de enero de 1996, Akira Toriyama daba por finalizada la época dorada de los Guerreros Z para dar paso a la leyenda; las aventuras de Goku y sus peleas contra Raditz, Vegeta, las fuerzas especiales Ginyu, Freezer, los androides, Cell y Majin-Boo se han convertido en objeto de culto y todos los que alguna vez vimos el anime cuando éramos niños ahora somos los mayores “profetas” de Dragon Ball y llevamos la palabra de Goku a las nuevas generaciones.

Por eso no era de extrañar que el público más emocionado por el regreso de la saga Z a la pantalla grande fueran los que actualmente tienen (tenemos) ‘veintitantos’  e incluso muchos que ya están por encima de los 30 años. 

Mucho se ha hablado de la Batalla de los dioses desde que salió en las salas de cine japonesas el 30 de marzo de este año y tuvimos que esperar alrededor de seis meses para que la cinta llegara a nuestra región con respectivo doblaje latino. A propósito de  este punto, me parece vital recalcar lo siguiente: DBZ la batalla de los dioses es una película que hay que ver doblada al español. Además de Mario Castañeda (Goku) y René García (Vegeta), el filme cuenta con la mayoría de las voces latinas originales que nos acompañaron durante nuestra infancia y adolescencia.  Lastimosamente, una de las voces que sí se hizo extrañar fue la de Laura Torres como Goten pero, de resto, podemos darnos por más que satisfechos por el reparto de doblaje. 

El argumento ya es bien conocido por todos: ambientado después de la batalla contra Majin-Boo, en algún punto de la década perdida (entre Dragon Ball Z y GT), Goku tendrá que hacer frente a Bills, dios de la destrucción.  Bajo esa premisa la batalla de los dioses se perfiló (en teoría)  como una propuesta sólida que abarcaba la mejor parte de la saga y con un amplio reparto de personajes que le daría mayor dinamismo al filme… pero la cosa no fue por ahí.

Tal parece que los 17 años que llevaba Toriyama alejado de la saga Z le pasaron factura y la batalla de los dioses muestra serias inconsistencias que le restan credibilidad a la aparente línea argumental que se iba a presentar en la película. Sin duda, uno de los puntos más críticos es el cambio en la personalidad de Vegeta y ver lo poco que queda del orgulloso príncipe de los Saijayins. Ni qué decir de Shen-Long cuando ve a Bills. 

El filme apela a la nostalgia.  Su gancho más grande es tener la posibilidad de ver a Goku en la pantalla grande, algo que se hace palpable al momento de escuchar  el primer kamehameha en la sala de cine (seguramente, ustedes también dijeron entre dientes KA-ME-HA-ME-¡HAAA!).

Sin embargo, la batalla de los dioses falla en un aspecto que fue clave en la saga Z: la majestuosidad de las peleas y el trasfondo de las mismas. El filme carece de un argumento sólido (rayando con lo absurdo) y se muestra más como una comedia en vez de una batalla épica que defina el futuro de la humanidad.

No deja de ser frustrante que una película tan rica en detalles en la animación de sus personajes y escenarios no los aproveche para mostrar una auténtica batalla entre dioses.  Eso sí, los pocos momentos en los que Goku super Saiyajin dios y Bills miden sus fuerzas son un auténtico deleite para los ojos de los espectadores que incluso más de uno relacionará con los videojuegos más recientes de la saga (En Battle of Z estarán ambos personajes).

En afán por hacer de la batalla de los dioses una cinta fiel a la saga Z, la mayoría de los personajes más importantes fueron incluidos, sin embargo, su participación es casi testimonial.  Aunque se sabía que todo el peso iba a recaer en Goku, esperaba que peleadores como Piccolo, Gohan, Gotenks o Majin Boo tuvieran algo más que ofrecer.

No voy a negar que Bills me pareció un personaje con bastante carisma  (mucho más que otros enemigos que he visto en otros filmes) y tiene el suficiente potencial como para ser explotado en próximas entregas.

¿Vale la pena verla?

Después de 17 años mucho se esperaba con el regreso de las aventuras de Goku y los guerreros Z. Esto mismo sobredimensionó las expectativas de los fanáticos al extremo de idealizar La batalla de los dioses como el punto de partida de una nueva era dorada de Dragon Ball.

Con DBZ: la batalla de los dioses se presenta un patrón que he notado en todos filmes que se han desprendido de la saga: Ninguna película de Dragon Ball Z ha estado a la altura de la serie. Lo único bueno que he visto más allá de la serie ha sido “Un futuro diferente” y “Bardock: El padre de Goku”, pero ambas fueron especiales para TV.

El filme nos dejó claro que habrá nuevas películas que continuarán con la línea de los dioses y tal vez Toriyama pensó más de la cuenta en lo que vendrá en los siguientes filmes, descuidando el argumento de esta cinta.

Hay que pensar en la batalla de los dioses más como la introducción, como el primer (y flojo) capítulo que nos lleva a una nueva historia. No habrá momentos épicos ni una batalla a la altura de la de Freezer (la mejor, a mi parecer), pero sí muchas situaciones que nos harán soltar una buena carcajada, pero si usted es un seguidor ‘purista’ de Dragon Ball, la película no le hará mucha gracia que digamos.

De resto, la nostalgia es el elemento que más a favor juega del filme. Es difícil resistirse a no verlo si crecimos con Dragon Ball, incluso si todo el mundo nos ha dicho que es mala.