Avanza proyecto de ley que impediría alquilar y jugar videojuegos violentos a menores de 18 años

Hace un par de meses les contamos que una representante del partido político MIRA había presentado un proyecto de ley que busca reglamentar la forma en que funcionan los establecimientos que prestan servicio de alquiler de videojuegos a menores de edad.

Básicamente, este proyecto tiene como finalidad retirar los establecimientos de videojuegos que están cerca a zonas escolares, colegios y universidades para “proteger de la influencia negativa de los videojuegos a los niños y adolescentes”.

Establece además, que las empresas que fabriquen, importen o distribuyan estos productos asuman un papel activo en la salvaguardia de la población infantil y juvenil, al exigirles que deban someter los contenidos de sus productos a la clasificación, previo a su comercialización.

En cuanto a este último punto parece haber cierto desconocimiento sobre el funcionamiento de la industria de los videojuegos, en vista que TODOS los títulos cuentan con una clasificación sugerida por la ESRB (Entertainment Software Rating Board) de acuerdo a los contenidos del mismo. Sin embargo, vale la pena recordar que esta clasificación no es una restricción para su venta, sino una recomendación por parte de este organismo para que las temáticas de los juegos sean congruentes a la edad de los que acceden a estos productos.

El debate de la influencia “negativa” de los videojuegos vuelve a estar sobre la mesa, y como lo planteamos la ocasión en la que informamos de este proyecto, pareciera que los videojuegos tuvieran la culpa de los problemas que se generan en los establecimientos educativos, ignorando otros factores tan importantes como los problemas intrafamiliares, la música, las emisoras juveniles (sin ir más lejos, hace poco escuché en una reconocida emisora juvenil que el mensaje que le daba el disc-jockey a una joven era “que te ‘descualquieres’ hoy viernes”) o las narconovelas que inundan la televisión nacional.

¿Se ha hecho algo al respecto para controlar estos otros medios que influencian negativamente a niños y adolecentes?

Fuente: Vanguardia