La incertidumbre del género casual (Opinión)

Los videojuegos cuentan con diferentes géneros, los gamers no. Sencillamente se es o no se es un videojugador, sin importar lo ‘hardcore’, ‘profesional’ o ‘semipro’ que sea, aunque últimamente se hable más de otro estilo, el “Casual”.

En el caso concreto de los videojuegos, estos sí están bastante diversificados y con plena autoridad, dado el crecimiento de esta industria en las ultimas décadas. Esa ramificación ha conseguido que todos le guardemos un especial afecto a cierta clase de géneros, cosa que no precisamente divide nuestro común denominador (ser videojugadores), sino que nos lleva a estar más enfocados en el estilo predilecto o que con mas destreza dominemos.

Fue justo allí donde el denominado género “Casual” rompió el molde en la industria y se convirtió en la oveja negra de aquel público que ya lleva tiempo descubriendo y disfrutando toda clase de juegos que nos ofrecen los desarrolladores día tras día.

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Basta con analizar un poco la forma como se fueron abriendo espacio los juegos casuales de la mano de Nintendo y su propuesta del “Touch Generation” enfocada en el recién salido, en ese entonces, DS y su catalogo de juegos más cercano a un público familiar que a uno consumado. Con esto apuntaban a hermanos, padres, tíos, abuelos, es decir, todos.

De esta ola se dieron a conocer los famosos Brain Age, Big Brain Academy, My Word Coach, las series Training de diversos idiomas y otras decenas de títulos un tanto sobreexplotados. La respuesta fue fenomenal y tenían razón, esos juegos casuales le daban un aire fresco a la industria y además impulsaban el aprendizaje en diferentes campos.

Sin embargo, el impulso de Nintendo sólo era una pequeña parte del pastel, ya que en ese tiempo las redes sociales no tardaron mucho en expandirse y conseguir gran parte del mercado casual, específicamente Facebook con las versiones clónicas de muchos juegos que la industria ya conocía pero el resto del mundo (el casual) no. Así vimos aparecer juegos muy al estilo de los lanzados en el NDS, como los de las series “Brain” y “Training” y otros tantos que nos recordaban al genial “Harvest Moon”, que por cierto ha perdido bastante popularidad a raíz de su clon, si señores, FarmVille.

Como si el campo de las consolas portátiles y las redes sociales no hubiese sido suficiente, llegó la ola de los teléfonos inteligentes, táctiles y cómo no, las tiendas de aplicaciones.

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Formalmente había nacido un reino propio para los juegos casuales; ahora las compañías se vendrían con todo a atacarnos con sus títulos, exponiendo una sola frase de batalla frente al mercado portátil o de sobremesa: “No se trata de la gran calidad de los títulos, se trata de la inmensa cantidad sin control”.

Es así como desde hace tres años aproximadamente somos testigos de cientos de miles de juegos casuales que son lanzados sin compasión, esto en parte gracias a la Appstore, Android Market, OVIstore y demás.

Caro ésta que algunos de ellos son realmente buenos y merecen su reputación recibida o ventas multimilonarias, como es el caso de los famosos “pajaros furiosos” o Angry Birds, el cual parece que cada día se convierte más en un multiplataforma sobreexplotado por los medios, u otros que por su originalidad de concepto y simpleza resultan muy atractivos, como Doodle Jump, el más vendido de la Appstore pero increíblemente con menor reconocimiento que Angry Birds; Cut the Rope, cuyas ventas, estética y adictivo sistema de juego les permite gozar de stands de demostración en plena calle de las estrellas en Hollywood; o el caso de Plants vs Zombies, unos de los primeros juegos casuales en saltar del éxito en un teléfono inteligente a una plataforma estable de videojuegos como el Nintendo DS, cuya versión resulta tan adictiva y encantadora como la original, un poco mas pixelada, pero buena.

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Al llegar a este punto y viendo la forma en que los juegos casuales toman más importancia y atraen más fieles a la industria de los videojuegos, es necesario preguntarnos si esta clase de juegos logrará lo que en otra época consiguieron los juegos de 8, 16, 32, 64 y 128 Bits: quedarse grabados en nuestra memoria como las autenticas joyas que fueron y son.

Su exquisita jugabilidad, sus historias más centradas y planeadas, sobrecarga nostálgica y pureza insuperable, esa que solo el tiempo ayuda a reconocer en los juegos realizados con todo el corazón de sus creadores, en fin… Títulos que han perdurado aun con más de 20 años encima, algo que se pone frente a este emergente y creciente mercado casual del cual atestiguamos su efectividad para mover cifras y números, pero del cual desconocemos si logrará perdurar a través del tiempo.