The Walking Dead 5 – Capítulo 9 (Análisis)

Después de dos largos meses de espera finalmente llegó el momento: La cita de todos los lunes con los zombis y el apocalíptico mundo que agobia a Rick y su grupo.  La premisa sigue siendo la misma: sobrevivir a toda costa. No hay rumbo fijo, ni futuro, ni esperanza. La consigna es llegar al día siguiente sin haber sido mordido o haber conocido a las personas equivocadas. No existe refugio seguro y solo es cuestión de tiempo para que todo se derrumbe.

Y pese a que esta fórmula pueda resultar agotadora y frustrante para muchos espectadores, AMC se las arregla para darle un significado a la muerte de cada personaje, algo que ejecuta excepcionalmente en este capítulo usando recursos narrativos que no habíamos visto en la serie, con cierto toque místico que lo convierten en uno de los episodios más interesantes hasta la fecha. A continuación repasamos lo que nos dejó el noveno episodio de la quinta temporada, como siempre, recordando que todo lo que sigue de aquí en adelante tiene fuertes dosis de spoiler.

‘What Happened and What’s Going On’ es precisamente eso: ¿Qué sigue ahora? Rick y su grupo se encuentran en la encrucijada que los persigue desde la primera temporada. No están a salvo en ningún lado y la muerte es la única certeza, sin embargo, esa pequeña llama de esperanza los lleva a buscar un lugar donde finalmente puedan dejar de huir. Un lugar en el que puedan empezar de nuevo.

Parte de la motivación de seguir adelante viene de sus amigos caídos. La muerte de Beth y su deseo de acompañar a Noah a buscar a sus seres queridos en Virginia era la excusa que necesitaba Rick para darle a su grupo una razón para seguir adelante. Un pequeño equipo de avanzada se da a la tarea de acompañar a Noah en una misión que parecía condenada al fracaso desde el comienzo por la forma en que se presentan los hechos: la prisión, Woodbury, Terminus… refugios ‘seguros’ que terminaron cayendo ante la naturaleza salvaje del nuevo mundo. Esto, acompañado a la aparición de algunos personajes que ya murieron, dan a entender que el único lugar donde podrán dejar de huir es en el más allá.

Pero en ese mundo apocalíptico, hubo alguien que se negó a cambiar. Hablamos de Tyreese, personaje que tenía todos los números para ser el siguiente en morir, pero que no esperábamos que fuera tan pronto, teniendo en cuenta que la muerte de Beth fue apenas hace un capítulo. Pero Tyreese era demasiado bueno para este mundo y en este punto es cuando vemos uno de los mejores elementos narrativos usados en The Walking Dead para desarrollar la procesión a la muerte.

Por medio de visiones y monólogos ejecutados magistralmente por Chad Coleman, vemos lo que la misma muerte tiene que decirle a Tyreese. Para esto, se ‘disfraza’ en personajes que han caído y lo obligan a confrontar su forma de actuar. Beth, Bob y las hermanas Lizzie y Mika en un tono más conciliador, diciendo que las cosas son como son y que ya no hay de qué preocuparse. Por otro lado, la voz del verdugo encarnada en villanos como el caníbal de Terminus que le advirtió que gente como él no tenía un lugar en ese mundo, e incluso el mismo Gobernador  que le reprocha su falta de agallas para ganarse un lugar.

El círculo se cierra con la espectacular ambientación del radio que solo escucha Tyreese que va describiendo los primeros días de la infección en medio de su trance al más allá. Elementos surrealistas que, como el teléfono de Rick con Lori, le dan una simbología a la muerte. Por cierto, el locutor es Andrew Lincoln (Rick, para los más despistados). 

La partida de Tyreese no pasará desapercibida, no por el peso que tuvo el personaje a lo largo de la serie, sino por el cierre que AMC le dio. La transición de la vida a la muerte, los fantasmas del pasado, recuerdos de lugares que marcaron… elementos que habitualmente se asocian con el camino al más allá y que rara vez se habían mostrado en The Walking Dead. Una digna despedida para Tyreese que hace de ‘What Happened and What’s Going On’ un capítulo conmovedor, dramático e, irónicamente, bello.

El camino a Washington se antoja largo y lleno de desgracias. Pero Rick y su grupo no tienen más remedio que seguir avanzando. El próximo lunes continúa la travesía.