[Análisis] El momento más reflexivo del inmortal Wolverine

The Wolverine, la sexta entrega cinematográfica de X-Men y la segunda en solitario de uno de los héroes más salvajes de Marvel, se ha convertido en la película más introspectiva y reflexiva del personaje hasta el momento. Este filme basado en el cómic homónimo escrito por Chris Claremont e ilustrado por Frank Miller, nos presenta el viaje de Wolverine a Japón en donde enfrentará su lado más vulnerable.

Después de la adaptación mediocre que fue X-Men Origins: Wolverine, nuestro héroe regresa como solista en un filme que, si bien logró impresionar y le hizo un homenaje a la historia de los 80´s ambientada en Japón, no logra cautivar completamente.

Esta película sirve como secuela de X-Men: The Last Stand (2006) y nos presenta a un Logan aislado del mundo a quien la culpa de haber matado a Jean Gray lo carcome. Así mismo, un recuerdo sobre la bomba atómica en Nagasaki lleva el hilo de la historia, en donde una vieja deuda que tiene un moribundo Yashida con Logan, lo lleva a Japón.

En The Wolverine, el centro de la historia esta vez recae en Logan y no en los demás mutantes que aparecen junto a él, no en vano, la película lleva solo su nombre. El título referencia la línea narrativa a cabalidad, pues la trama es todo sobre Wolverine, sus miedos, su pasado, su dolor, su furia.

Esta película no solo explora una historia que muchos fans querían ver en la pantalla grande, sino que adapta los daños colaterales que el anti héroe sufrió durante la trilogía original de X-Men.

La historia de Logan en Japón fue una elección adecuada para continuar las aventuras en solitario de este héroe, ya que,es interesante ver la faceta de Logan en una cultura muy diferente a la suya. Además, observar a Wolverine enfrentarse a los Yakuzas, samuráis y mutantes es un espectáculo imperdible. 

Con esta carga de rivales las escenas de acción dentro del filme no se hacen esperar, y las batallas con artes marciales se ven en todo su esplendor. Entre las escenas de acción destacadas se encuentran la batalla sobre el tren bala, la cual también incluye un poco de humor,  y la  escena en el entierro, que representa el inicio de las batallas en el territorio japonés.

Aunque la cinta cuenta con un alto grado de acción, pasó a un segundo plano para dejar como prioridad el drama, lo cual hizo que se explorara de una forma mejor las heridas emocionales de Wolverine. La faceta melancólica vista durante el filme fue llevada a un nuevo nivel, en el cual se dejó de lado la búsqueda de su pasado, reemplazándose por el peso de sus recuerdos y por las consecuencias de lo que significa ser inmortal.

En este caso, la inmortalidad pasó a ser el referente central de este filme pues, como se dice en la película, Wolverine con el pasar de los años siente el peso de vivir sin tiempo, entendiendo su don como una maldición, llegando al punto de volverse un ‘Rōnin’ (samurái sin maestro). También, en The Wolverine se explora otra faceta de la inmortalidad, en la cual un hombre en búsqueda de ésta, la convierte en su obsesión y en el sentido de vida.

Continuando los momentos más dramáticos del filme, podemos destacar los sueños que Logan tiene con Jean, la escena en el bosque junto al oso grizzli y la explosión de la bomba en Nagasaki, donde se muestran elementos de la tradición samurái como el harakiri (morir gloriosamente).

Sin embargo, no todo es drama y acción. La comedia también es parte del repertorio gracias al carisma de Hugh Jackman, quien con clichés humorísticos y frases sarcásticas hace que más de un espectador en la sala de cine sonría. Lo más destacable es que estas escenas no caen en lo ridículo, ni tampoco le restan seriedad al momento en que se hacen (como ocurrió en Iron Man 3, por ejemplo).

Los escenarios tienen gran importancia en el filme y logran que se sienta de una forma más real la llegada de Wolverine a otra cultura. La mayor parte de la película fue rodada en Japón, lo que le dio más naturalidad y nos permitió tener una visión más amplia de su cultura.

The Wolverine, en teoría, parece el “combo completo”: acción, drama, humor, increíbles escenarios, buenos personajes, batallas samurái e indiscutiblemente, uno de los personajes favoritos de Marvel. Sin embargo, da la sensación de que le falta algo.

Algunos de los aspectos que producen esa sensación son los siguientes:

Ya hemos visto que desde X-Men: The Last Stand a Wolverine le están dando poderes casi divinos, llevando su habilidad de curación a un nivel absurdo. La escena de Nagasaki es prueba de ello, además de la batalla contra los samuráis del Clan Negro que protegen a la familia Yashida.

• Aunque el lema de The Wolverine hacía referencia a que en el momento más vulnerable era más peligroso, los instantes en los que Logan fue mortal lo mostraban  aún con demasiado poder.

• La irreverencia de Logan ante las costumbre japonesas no se demarcaron en su totalidad, fue una faceta que se trató muy por encima. 

• Shingen Yashida y Harada Kenichiro, el samurái de plata en los comics, fueron relegados a un segundo plano, dejando en tela de juicio si era necesaria su inclusión.

• La batalla final del filme se sintió como si tuviera una estructura similar a la vista en X-Men Origins. No tan mala, pero sí tenía algunos matices.

• El desenlace de Viper no fue el mejor, pues tuvo un final abrupto. Así mismo, el personaje era una villana intermitente que perdía importancia a medida que transcurría el filme.

Sin embargo, son más los aspectos positivos que permiten que la historia no se torne aburrida, siendo rápida y constante.

Algunos de los aspectos a destacar son:

• La madurez que ha adquirido Hugh Jackman al interpretar a Wolverine. En esta ocasión nos presentó un Logan más salvaje con mayores matices del personaje clásico de los cómics.

• Ver a Wolverine con pelo largo y barba abundante, además de viviendo en un bosque. Le dio un toque más ermitaño, maduro y salvaje.

• Tao Okamoto como Mariko Yashida. La actriz se distanció un poco del carácter del personaje visto en los comics, sin embargo, su propio estilo hizo que fuera una buena compañía para Logan.

• La interpretación de Rila Fukushima como Yukio fue bastante buena, además de que fue una buena compañera de batallas para Logan sin quitarle importancia.

• La inclusión de Jean Gray a través de sueños. Con esto se logró dar apartes del sufrimiento interno de Logan.

• La mayoría de escenas de acción como la del tren bala, la del bar y el funeral.

• Las escenas humorísticas como la del baño en la casa Yashida y la del hotel del amor.

• La escena post créditos, realmente fue lo mejor del filme y dio la entrada a X-Men: Days of Future Past.

A muchos no les agradó el filme porque se distancia bastante del arco argumental de la historia creada en 1982 por Claremont y Miller, sin embargo, debemos tener en cuenta que no sería bueno llevar a la gran pantalla lo mismo que ya vimos en el papel.

En términos generales, la película es buena y vale la pena verla en cine, supera por un amplio margen a X-Men Origins y explora una de las mejores historias de Logan en solitario. Así mismo, el filme logra darnos al final un Wolverine más centrado, el cual está curando sus heridas emocionales y lo ha dejado listo para retomar su rol como el X-Men más rebelde.

The Wolverine sirve como un capítulo introspectivo para la llegada de X-Men: Days of Future Past y nos deja un abrebocas, que si bien no fue completamente lo que se esperaba, logra su cometido de entretener y dejar la puerta abierta a una historia más épica.