Petición de fans pide regreso de políticas DRM en Xbox One

La felicidad es un tema ambiguo, pues cada uno la asimila de manera diferente, se esfuerza por buscarla como máximo logro y al final es algo que se encuentra en las cosas más sencillas y simples de la vida. Para algunos fanáticos de Xbox la felicidad llegó el día en que Microsoft anunció que la consola Xbox One no tendría políticas DRM que afectarían su uso offline, con lo cual parecía un final rosa para la larga y polémica novela que significó el anuncio de la nueva consola.

Sin embargo, la felicidad sigue siendo ambigua, porque al parecer algunos fans se encuentran haciendo una petición a Microsoft para que la compañía traiga de vuelta las criticadas restricciones y políticas DRM previamente planeadas (hasta el final del E3) para Xbox One, asegurando que desean el regreso de la autenticación online y la demolición de los derechos de propiedad sobre los juegos comprados, prácticamente.

“Este será el futuro del entretenimiento”, escribe el líder de la campaña pro-DRM, Dave Fontenot. “Una nueva ola de juegos donde podrás comprarlos digitalmente, luego intercambiar, compartir o vender estas licencias digitales. Esencialmente, sería como Steam para Xbox. Pero los consumidores están desinformados, fueron contra el modelo, y éste posteriormente relegado porque Sony tomó ventaja de los consumidores inciertamente.”

“Queremos esto de vuelta. No puede ser todo o nada, debe ser un compromiso.”

El inconformismo hace parte de la naturaleza humana, quizás por ello no debemos extrañarnos que lo que en un pasado muchos atacaban agresivamente, una vez retirado sientan el síndrome de Estocolmo y se encuentren enamorados de él, pidiendo que regrese sin importar las consecuencias. Hipotéticamente, imaginen a un perro pidiéndole a su amo que no lo saque a pasear o que le compre un collar más ajustado. Sí, es algo completamente estúpido.

Microsoft hasta el momento no se ha pronunciado sobre el hecho y es poco probable que lo haga pronto de manera afirmativa, demostrando debilidad a su paso en caso de ocurrir. De cualquier forma, qué podemos decir del futuro si al final ni sabemos lo que nos hace felices.